Planificación de una intervención

Un grupo de gente capaz de presentar hechos concretos y específicos sobre el consumo de sustancias del adicto y su comportamiento resultante

Una intervención eficaz siempre debe realizarse con un grupo de gente que realmente se preocupan por el adicto, estas personas deben ser capaces de presentar hechos concretos y específicos sobre el consumo de sustancias del adicto y su comportamiento resultante. Este grupo puede oscilar entre los familiares inmediatos de amigos muy cercanos que saben del adicto mejor que nadie. Desafortunadamente, en el momento de una intervención, entre los mejores amigos del adicto puede haber personas que no están atentos a su propia sobriedad, por lo que cualquier persona que participa activamente en el abuso de las drogas no se la debe permitir que participe.

Los familiares que son altamente respetados por el adicto, a menudo son los mejores candidatos para colaborar en la intervención

Los familiares que son altamente respetados por el adicto, a menudo son los mejores candidatos para colaborar en la intervención. En última instancia, el grupo que asiste a la reunión debe ser representativo de un pequeño conjunto de personas que se aman y se preocupan por la persona y que quieren que reciba la ayuda profesional que necesita. Durante una intervención, estos seres queridos deben tener la oportunidad de comunicar al adicto el dolor que el problema de abuso de sustancias les ha causado, es importante que estos hechos se presenten de una manera muy calmada y racional, el juicio y la ira no tienen cabida en este proceso. Si la ira se proyecta sobre el adicto, puede ponerse a la defensiva y será menos receptivo a lo que se le está diciendo. Cuando la persona que está siendo intervenida se siente atacada, puede perder la receptividad y confianza, básicas condiciones en el éxito del proceso.

La razón para la intervención es a menudo eficaz para motivar a un adicto al cambio positivo, se debe a que presenta un foro para los seres queridos que se unieron al insistir en que el adicto asiste a un programa de tratamiento de drogas de calidad. Cada persona que está presente en una única intervención debe tener una motivación por estar ahí, y es la de ayudar a salvar la vida de la persona para obtener la ayuda profesional que necesitan y merecen.

El grupo debe realizar una reunión previa a la intervención y ensayar todo el proceso para determinar la distribución de asientos y roles para decidir el orden en el que cada persona se dirigirá al adicto.

Durante la pre-intervención los seres queridos deben determinar qué acciones tomarán si el adicto se niega a aceptar el tratamiento profesional que se le ofrece, siempre dirigidas desde la ayuda del intervencionista. Las consecuencias de que el adicto se niegue a aceptar el tratamiento deben ser claramente definidas de manera concreta.

Proceso:

  1. Familiares / amigos toman la decisión de hacer “algo”
  2. Contacto y consulta telefónica
  3. Recogida de información
  4. Planificación de la mejor línea de conducta para el individuo y la familia
  5. Desarrollar la estrategia de intervención
  6. Llevar a cabo una reunión previa a la intervención
  7. Ejecutar la intervención real
  8. Acompañar al tratamiento
  9. Seguimiento – 6 meses de consultoría para la familia